Una plaga de palomas pone en alerta a los productores argentinos de Girasol

Productores argentinos de girasol alertan el recrudecimiento en el país los daños que la plaga de palomas infringen a los cultivos de la oleaginosa, de la que la nación suramericana es cuarto productor mundial y quinto exportador.

 

La Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) ha comunicado que ante los crecientes ataques de estas aves a los plantíos se hace necesario incluir esta problemática "en la agenda pública de modo de hallar alternativas de solución".

Si bien no existen datos oficiales que permitan cuantificar en forma fehaciente el impacto que la plaga tiene en el cultivo de girasol, según esta asociación que agrupa a productores de la oleaginosa "los hechos empíricos indican que un ataque de aves puede llevarse más del 60 por ciento del rendimiento de un lote".

De momento, las autoridades argentinas solo han reconocido en sus informes semanales de la evolución de la campaña agrícola ataques de palomas en la norteña provincia de Chaco, aunque aclararon que si bien fueron "severos en casos puntuales", "no se vieron reflejados en el rinde general como en las campañas anteriores".

Pero para ASAGIR el impacto en Chaco "fue muy importante" y ahora es el turno de los ataques en otras zonas del país cultivadas con girasol y alertó que la plaga también puede afectar al sorgo y a la soja.

La asociación recomendó a los agricultores adelantar la cosecha de girasol, en combinación con la aplicación de un repelente y otros productos, lo que implicaría gastos de 50 dólares por hectárea.

Entretanto, en algunas zonas gravemente afectadas por estas aves, buscan alternativas creativas para combatir la plaga.

Así, en la central provincia de La Pampa, las autoridades han promovido la caza de palomas, una iniciativa por la que se capturaron unos 100.000 ejemplares en los últimos tres meses, que fueron exportados como carne al Reino Unido y España, entre otros destinos europeos.

 

Noticia EFE. (09-02-2011)